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Ah, Laura Antonelli… Un ícono del cine italiano, pero no solo eso. Nacida el 28 de noviembre de 1941 en Pola, hoy Pula, en Croacia, medía alrededor de un metro setenta. Francamente, su trayectoria está lejos de ser común y se siente que hubo altibajos, pero también algunas verdaderas heridas, tanto en su vida profesional como personal.
Comenzó un poco por casualidad, después de la guerra su familia se instala en Nápoles, ella estudia seriamente pero termina interesándose por el escenario. No fue una niña estrella, no, se tomó su tiempo, hizo camino antes de convertirse en esa femme fatale que todos conocemos.
Lo que siempre me ha llamado la atención es su capacidad para atravesar géneros, modas. Saben, no era solo la chica bonita de las películas eróticas tan de moda en los años 70, también actuó bajo la dirección de monstruos sagrados como Visconti o Chabrol. Un verdadero camaleón.
¿La vida privada? La de una mujer que amó intensamente. Casada al principio, luego compañera de Jean-Paul Belmondo, su relación con él duró casi una década. Debió ser intensa, eso se siente un poco en sus papeles, tenía ese algo que te atrapa, más allá de las miradas y las imágenes.
¿Quién era realmente Laura Antonelli, estrella del cine italiano?
Con su verdadero nombre Laura Antonaz, viene de Pola, en Istria, una región que hoy es Croacia. Su vida cambia después de la Segunda Guerra Mundial, sus padres se instalan en Nápoles donde crece rodeada de sus hermanos. Termina sus estudios superiores con seriedad.
Es en Roma donde primero prueba la enseñanza, tomando cursos de educación física, pero no tenía realmente el perfil clásico, pedagogo, tranquilo. El cine y la televisión le atraían más, así que se sumerge totalmente, incluso aceptando primeros papeles modestos o algo desnudos.
¿Lo siguiente? Un paso obligado por ese cine erótico de finales de los años 60, con «La revolución sexual», «La Venus de piel de cuero» o «Mi mujer es un violín». Su gran salto fue con Malicia en 1973, película firmada por Salvatore Samperi, que la convirtió en un ícono y estrella indiscutible de esa época.
No se puede hablar de ella sin mencionar sus colaboraciones con grandes nombres: Dino Risi, Luigi Comencini, y un tal Luchino Visconti con quien actúa en «El inocente». Nada mal para una chica que empezó desde abajo, ¿no creen?
Trayectoria, éxitos y pausas en la carrera de Laura Antonelli
Sus comienzos son bastante modestos. En 1966, se la ve en El espía que vino del congelador, una película no muy destacada. Pero no se rinde, a veces en la sombra, a veces en el centro. A principios de los años 70, sus papeles se vuelven más consistentes.
¿El punto de inflexión? La película Malicia. Este papel de Angela La Barbera, medio ángel medio demonio, dejó huella. La película fue un éxito y ella recibió algunos premios. Fue una época en la que el cine italiano coqueteaba con la revolución sexual y las costumbres que se querían desafiar.
Alterna comedias, dramas y películas eróticas, y es impresionante ver cómo se mete en cada personaje con naturalidad. Un verdadero deleite para los cinéfilos. Más tarde, rueda con Jean-Paul Belmondo en Doctor Popaul.
El final de los años 80 marca un poco el declive, pero en 1991 reaparece en Malicia 2000. Ese será su último gran éxito antes de un retiro bastante marcado de la gran pantalla, para terminar su vida lejos de los focos.
Una vida privada que dio de qué hablar, entre pasiones y dramas
Si les parece loco, esperen a escuchar esto: casada bastante joven con un anticuario italiano, Enrico Piacentini, se divorcia para vivir junto a Jean-Paul Belmondo entre 1972 y 1980. Los tabloides, obviamente, estaban al acecho. Una historia que marcó las mentes.
Pero su existencia no siempre fue un camino de rosas. Los últimos años fueron difíciles: aislada, hasta rechazó asistir a un homenaje musical dedicado a ella en 2013. Murió discretamente en 2015, en su casa de Ladispoli, cerca de Roma.
Un detalle menos conocido: llevó batallas legales relacionadas con complicaciones médicas. Una verdadera caída a los infiernos que uno no sospecha al ver sus papeles glamorosos en la gran pantalla.
Y luego está ese libro publicado en 2021, firmado por Philippe Brunel, que revela un poco más las zonas oscuras y la complejidad de esta personalidad, lejos del brillo y los focos.
Las películas imprescindibles y el legado de Laura Antonelli en el cine italiano
Si quieren adentrarse en su universo, aquí tienen una mini lista que no pueden perderse:
- 🌟 Malicia (1973) – Simplemente inolvidable.
- 🎬 El inocente (1976) de Visconti, para el lado más dramático.
- 😏 Doctor Popaul (1972) con Belmondo, un verdadero encanto en pantalla.
- 🌪️ Sexo loco (1973) de Dino Risi, por el humor y el picante.
Su paso por el cine francés no es leyenda: su filmografía habla por sí sola, incluso resulta sorprendente. Se ha convertido en un símbolo que atraviesa las épocas, una mezcla de dulzura, fuerza y una sensualidad nunca vulgar.
Y para entender realmente su destino fuera de lo común, les recomiendo echar un vistazo a esta bio detallada que narra su evolución y sus luchas con mucha precisión.