Mouna Ayoub

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Ah, Mouna Ayoub… Una figura que no deja indiferente. Nacida el 25 de febrero de 1957 en Kuwait, se acerca a los 68 años y conserva todo su esplendor. Con su figura esbelta, atraviesa las épocas como un icono de estilo y determinación. Ya saben, tiene ese encanto un poco frío, misterioso, pero tan cautivador.

Es esa mujer de negocios libanesa, que supo hacerse un lugar en la jet-set francesa y americana. Presente en todos los festivales de Cannes, vista en las revistas del corazón, se impone como una especie de leyenda viva. Es increíble cuando pensamos en su trayectoria.

Antes de brillar en el firmamento del lujo, comenzó modestamente: estudiante en Tolbiac, camarera en un restaurante libanés. Nada la predestinaba a una vida de lujo y brillo. Su encuentro con un empresario saudí, Nasser al-Rashid, cambió su destino. Esta unión, marcada por su conversión al islam, la sumergió en un universo tan dorado como restrictivo.

El contraste es sorprendente entre lo que vivió en Riad, en una “prisión-palacio” como ella la describe, y su vida actual. Tras un divorcio sonado, se reconstruyó invirtiendo en bienes raíces, moda y yates. Un renacer espectacular, ¿no crees?

Quién es realmente Mouna Ayoub: orígenes e identidad

Mouna es hija de un empresario libanés, lo que sin duda explica esa fibra empresarial. Creció en un entorno donde el éxito se medía en términos de ambición y red de contactos. Sin embargo, tuvo comienzos totalmente ordinarios, en París, donde alternaba estudios y pequeños trabajos.

Lo que destaca en ella es esa capacidad de reinventarse. De orígenes cristianos maronitas, se convierte al islam, adaptándose a los códigos de una sociedad muy estricta en Arabia Saudita. Es una metamorfosis a menudo mal entendida, pero que muestra cuán frágil y resiliente es a la vez.

Con su divorcio, sale de un matrimonio difícil que duró dieciocho años. Recupera una suma colosal, estimada en 63 millones de euros, una fortuna que invertirá en sus pasiones y su emancipación. Su vida pública se convierte desde entonces en una mezcla entre lujo ostentoso y búsqueda personal.

Mujer de moda, joyas y viajes, hoy comparte su tiempo entre Nueva York, Mónaco y Neuilly-sur-Seine. La alta costura se ha vuelto su segunda naturaleza, y no se pierde ningún desfile en París. La prensa a menudo la llama “la mujer más rica del mundo”. Impresionante, ¿no?

La increíble trayectoria antes de la fama

Antes del brillo y los reflectores, Mouna era esa estudiante discreta que servía platos en un restaurante libanés en París. Hay que imaginar un poco: no tuvo una vida trazada, para nada. Cuando conoció a Nasser al-Rashid, aún no sabía a dónde la llevaría eso.

Su matrimonio con este empresario saudí, cercano al rey Fahd, la empuja de repente a un mundo cerrado y codificado. Entonces deja París para ir a Riad, una ciudad donde la libertad de las mujeres está limitada. La vida en abaya, velo integral… “prisión dorada”, decía ella. Suena raro al escucharlo.

Pero tras 18 años, dice basta. Divorcio, partida, libertad recuperada con una suma importante en el bolsillo. Esta etapa la relata sin tapujos en su autobiografía La Vérité. Es un testimonio honesto, que hizo rechinar algunos dientes, pero sobre todo mostró su fuerza de carácter.

No hay que olvidar que esa misma determinación le permitió introducirse de forma duradera en el mundo de los negocios y el lujo. Consejo: si quieres entender su ascenso, hay que pasar por esa ruptura que también es una liberación.

Una vida privada lejos de los clichés

En sus entrevistas habla poco de sus hijos, pero siguen siendo un pilar importante en su vida. La discreción es la regla, un poco a la imagen de esta mujer que prefiere la sombra antes que el escándalo.

Su matrimonio, sus elecciones personales, su lucha por la libertad de la mujer, todo ello hace que no pueda dejar indiferente. También ha atravesado pruebas, como sus problemas de salud, un episodio de anorexia que la debilitó. Nada es simple detrás de esa fachada de elegancia.

A pesar de todo, cultiva una imagen muy fuerte, que mezcla poder y vulnerabilidad. Quizá eso es lo que fascina tanto de ella, una mujer no perfecta pero tan humana, con sus heridas y sus éxitos.

Las grandes etapas de su carrera y sus éxitos

Primero está la historia casi mítica de su yate el Phocéa. Comprado en 1997 en subasta, este barco de 75 metros se volvió su pasión. Imaginen, invirtió una verdadera fortuna, vendiendo incluso un diamante amarillo excepcional, el famoso Mouna Diamond de 112 quilates, para financiar su restauración.

Es un poco como si ese barco fuera su “segunda hija”. Allí recibió a estrellas internacionales, a miembros de la realeza, un universo de alta costura, fiestas y poder mezclados. Una historia de amor que, lamentablemente, terminó cuando el yate fue vendido a sus espaldas por su propio hijo. Sí, un golpe duro.

Más allá del lujo, Mouna también es conocida por su increíble colección privada de alta costura. ¡Más de 10 000 piezas raras, acumuladas desde los años 1980! Vende parte de su vestuario regularmente, especialmente cuando la vida cambia. Pero su pasión permanece intacta.

Encarnan perfectamente la idea de una mujer de negocios moderna, que equilibra moda, inversiones estratégicas y vida en la alta sociedad. Su nombre aparece a menudo en revistas como Gala o Libération, lo que muestra cuánto sigue fascinando su recorrido.

Proyectos recientes y colaboraciones

En los últimos años, Mouna sigue siendo una figura imprescindible de la alta costura. Incluso tras la desaparición de Karl Lagerfeld, continúa frecuentando los más grandes talleres parisinos y enriquece su colección con piezas únicas.

También ha puesto a la venta selecciones de mobiliario y objetos preciosos de su legendario yate, especialmente en el hotel Drouot, un gesto simbólico algo melancólico pero necesario. La venta de sus prendas de prêt-à-porter de alta gama muestra su voluntad de reinventarse.

Más recientemente, sus raras apariciones siguen causando sensación, ya sea en Mónaco, Nueva York o París. Colabora discreta con casas de lujo, y sigue siendo una musa inspiradora para muchos artistas y creadores. Esperemos que la veamos aún mucho tiempo en la escena de la costura.

En resumen, Mouna representa una mezcla fascinante entre negocios y glamour, pasión y rigor. Una figura rara de la jet-set que nunca pierde realmente su esplendor.

5 anécdotas sorprendentes sobre Mouna Ayoub que quizás no conocías

  • 💎 Vendió uno de los diamantes amarillos más grandes del mundo, el Mouna Diamond, para financiar la restauración de un yate.
  • ⛵ Su amor por el Phocéa fue tan fuerte que quiso recomprarlo incluso después de que su hijo lo vendiera.
  • 👗 Su colección privada cuenta con más de 10 000 piezas de alta costura, un verdadero tesoro oculto.
  • 🌍 A pesar de la riqueza y la notoriedad, comenzó siendo camarera en un pequeño restaurante parisino.
  • 📚 Su autobiografía La Vérité causó un verdadero impacto al revelar su vida y su divorcio muy mediático.

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