Santiago Amigorena

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¿Conoces a Santiago Amigorena? No, de verdad, este tipo es un ovni en el mundo del cine y la literatura. Nacido en 1962 en Buenos Aires, hoy tiene 63 años, una estatura discreta pero imponente por su obra. Mide aproximadamente 1,80 m, lo que le da un aire bastante carismático, sobre todo cuando evoca sus recuerdos de exilio y sus ensoñaciones artísticas.

Su vida es un poco como un guion de cine de autor, ¿sabes? Sus padres, psicoanalistas, huyeron de la dictadura argentina en los años 70, y la familia finalmente se instala en París. Imagina ese desarraigo, ese choque cultural, ese apego a sus raíces que nunca lo suelta realmente. Incluso conocerá al futuro cineasta Cédric Klapisch en el liceo Rodin, un encuentro que no sospechaba tan decisivo en ese momento.

Antes de sumergirse en el cine o escribir sus libros, tuvo un recorrido universitario no sencillo, incluso un poco caótico. Entre letras, filosofía e historia del arte, tantea, busca su camino, hasta comenzar una tesis sobre Hubert Damisch. Pero al final, será la escritura de guiones la que realmente lo llamará.

Desde entonces, ha escrito una treintena de guiones, trabajado con grandes figuras del cine francés y dirigido tres películas que no se olvidan fácilmente. Su pluma es una mezcla de intimidad, política, recuerdos de niño exiliado, todo servido con un estilo muy personal e intenso. Así que agárrate, porque su historia merece que la miremos detenidamente…

Santiago Amigorena: un creador entre Argentina y Francia, cine y literatura

Santiago es un tipo que no se deja definir fácilmente. Argentino de origen, francés de adopción, mezcla sus raíces con la cultura hexagonal sin traicionarse. Hijo de psicoanalistas, su infancia entre Buenos Aires y Uruguay antes del gran exilio a París, es una verdadera novela.

¿Su identidad pública? La de un todoterreno, guionista prolífico, director preciso, pero también escritor tenaz. Ese tipo te cuenta su vida en seis libros que cubren cada tramo de su existencia. En serio, es como si hubiera decidido poner su alma en pedazos, entregarla pura.

Su encuentro con Cédric Klapisch en el liceo fue, creo, una clave en su carrera. Dio lugar a Le Péril jeune, un pequeño clásico de los años 90, coescrito y aclamado. Una rampa de lanzamiento increíble que lo transportó a un círculo de cine donde se convierte en un imprescindible, pero sin buscar nunca la notoriedad llamativa.

Dato curioso, Santiago es mudo de nacimiento, lo que da aún más peso a su relación con las palabras, el sonido, el silencio. Su cine y sus novelas juegan a menudo con esa tensión entre lo expresivo y lo tácito, una verdadera poesía de lo no dicho.

Una trayectoria poco común antes de la fama

Así que, antes de que el éxito llamara a su puerta, el joven Santiago tuvo bastante dificultades para encontrar su lugar. Entre estudios errantes en letras, filosofía, historia del arte, no se detuvo en ningún sitio pero probó muchas cosas. Confieso que da la impresión de un tipo en busca de un sentido, fiel a su naturaleza de poeta un poco perdido.

Y luego estuvo esa tesis en la EHESS, que nunca terminó realmente, prefiriendo las palabras de las películas y los libros al academicismo. Su primer gran golpe fue el guion de Gens normaux n’ont rien d’exceptionnel en 1993, una película que destapa una generación, y luego vino Le Péril jeune. Ahí explotó. Ese dúo con Klapisch le abrió puertas tras años en la sombra.

Llega en los años 90 como una figura importante de la nouvelle vague francesa, esa generación de creadores que quiere decir cosas sinceras, historias simples pero cargadas de sentido. Tras una treintena de guiones, no cesa de mezclar sus experiencias con sus relatos, sin ser nunca complaciente.

Éxitos que marcan el cine francés y su pluma única

Lo que impresiona de él es esa capacidad para hacer vibrar historias ordinarias con una sensibilidad rara. En 2006, dirige Quelques jours en septembre con Juliette Binoche, un casting que vuelve la cabeza. La película se selecciona en Venecia y Toronto: un verdadero reconocimiento.

Luego sigue haciendo sus películas, la continuación de su voz singular con Another Silence en 2011, y Les Enfants rouges en 2014. Sin olvidar que nunca abandonó la escritura de guiones, colaborando con varios otros directores. Uno de esos tipos del cine francés que hacen todo, menos la luz, pero que siguen siendo esenciales.

Y en cuanto a literatura, es otra aventura, más compleja, más profunda. Publica a partir de 1998 un ciclo autobiográfico en varios volúmenes, explorando cada momento crucial de su vida con una rigurosidad y distancia sorprendentes. Difícil no emocionarse con esa búsqueda de identidad y ese trabajo de memoria.

Vida privada: amores, familia e inspiraciones íntimas

En cuanto al corazón, su vida no se queda atrás, para nada. En 2000, se casa con la actriz Julie Gayet, con quien tendrá dos hijos. Pero la vida rara vez es sencilla, y se divorcian. Luego Juliette Binoche entra en su mundo, vínculo nacido en el set de Quelques jours en septembre. Su historia dura algunos años, hasta 2009.

Desde 2015, comparte su vida con la guionista Marion Quantin. Incluso se casaron en 2018 en Macao, y tuvieron un tercer hijo. Francamente, esa estabilidad en su vida privada parece haberle permitido anclarse aún más profundamente en su arte.

Se siente que sus experiencias, tanto amorosas como artísticas, nutren sus escritos y películas. Es un aliento que atraviesa toda su obra, a veces tierno, a veces brutal, pero siempre sincero y casi frágil.

Proyectos recientes y colaboraciones importantes

2025 es un año rico para él. Su último libro Le Festival de Cannes ou Le Temps perdu es un cuaderno de viaje a la vez íntimo y deslumbrante de sus años tras bastidores del festival mítico. La escritura es profundamente proustiana, un viaje por los recuerdos y emociones de toda una vida dedicada al cine.

Sigue trabajando en películas, principalmente una preproducción llamada Le Printemps. Santiago se mantiene fiel a los encuentros que cuentan, ya sean con actores como Juliette Binoche en el pasado o guionistas como Marion Quantin hoy.

Todo esto es en realidad la continuidad de un artista que no deja de explorar, crear, contarse. De hecho, pueden encontrar más detalles sobre su trayectoria y obras en sitios como Booknode o Voici, donde su carrera está muy bien documentada.

Los hitos clave que han moldeado la carrera de Santiago H. Amigorena 🎬📚

  • 🌍 Infancia marcada por el exilio entre Argentina, Uruguay y Francia
  • ✍️ Comienzo como guionista con películas míticas como « Le Péril jeune »
  • 🎥 Dirección de tres largometrajes aclamados por la crítica (2006-2014)
  • 📖 Publicación de una obra literaria autobiográfica monumental en varios volúmenes
  • 💔 Relaciones públicas con Julie Gayet y Juliette Binoche, familia recompuesta
  • 🏆 Prestigiosos premios literarios y varias selecciones en grandes galardones
  • 🎉 Proyectos cinematográficos en curso y libro destacado sobre el Festival de Cannes

Una inmersión en el universo poético y autobiográfico de Santiago Amigorena

Lo que me impresiona de él es esa capacidad para transformar sus recuerdos dolorosos y sus exilios en una especie de poesía cruda, a la vez tierna y cortante. Sus libros, como Une enfance laconique o La Première Défaite, no son solo páginas, son una epopeya humana, un trabajo sobre la memoria.

La crítica no ha cesado de elogiarlo, destacando cuánto su escritura abre una ventana a la emoción pura, sin sensiblería, al contrario. Seguramente lo han visto citado en revistas como Babelio o leído los apasionados análisis en Les Moments Littéraires.

Su historia es la de un hombre que tuvo que reinventarse constantemente, que abrazó el silencio (la famosa afonía) para hacer brotar mejor la palabra. Si les gustan los relatos donde la literatura se encuentra con el cine, están en el lugar correcto.

Bueno, los dejo con esto, pero en serio, si buscan a un tipo capaz de cautivarlos con sus palabras, sus imágenes, sus libros y su trayectoria tormentosa, sumérjanse en el universo de Santiago, es un buen golpe.


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